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Reformas de fachadas, ¿cómo prevenir los grafitis?

En muchas ocasiones, las reformas de fachadas se ven abocadas a enfrentarse a los grafitis. Son una de las grandes amenazas urbanas, ya que pueden dañar o afear el exterior de un edificio. Para evitar su aparición, conviene aplicar tratamientos que impidan o dificulten la fijación de los colores empleados.

El problema de los grafitis en fachadas

 

Más allá de la cuestión estética, su presencia genera problemas de mantenimiento, costes elevados de limpieza y, en muchos casos, una percepción de degradación del entorno urbano. Precisamente, el principal inconveniente que provocan es un impacto visual negativo, pues desentonan con el estilo de la propia fachada.

 

Por regla general, disminuyen el valor estético e, incluso, de mercado de la edificación. Si el grafiti se aplica en construcciones en zonas turísticas o que tienen una relevancia histórica, el daño puede ser muy elevado. Al fin y al cabo, una parte sustancial de la arquitectura se ve afectada, así como la propia identidad del entorno.

 

Además, el gran problema son los costes de limpieza y restauración que imponen los grafitis. En función de la pintura usada y la porosidad de la fachada, el gasto de la eliminación puede ser muy alto. Quizás se tenga que utilizar químicos específicos, chorreo de arena o hasta el repintado al completo de las paredes, algo que puede dañar o alterar los materiales de construcción.

Reformas de fachadas y tratamientos antigrafitis

 

A la hora de responder a la pregunta de cómo prevenir grafitis, se han desarrollado numerosas respuestas. A grandes rasgos, podemos dividirlas en tres grupos:

 

  • Sacrificables. Consisten en una capa protectora que se coloca en la superficie y que puede eliminarse junto con el grafiti al aplicar agua caliente a presión. Garantizan que la fachada no se verá alterada, aunque hay que renovarla después de cada limpieza.
  • Semipermanentes. Suelen combinar un recubrimiento sellador con una capa final sacrificable. Permiten varias limpiezas sin tener que volver a aplicar todo el tratamiento, lo que los hace muy útiles para entornos urbanos donde los grafitis son recurrentes.
  • Permanentes. Son soluciones resistentes y duraderas que crean una barrera protectora sobre la fachada. Impiden que la pintura penetre hasta el interior de los materiales e incluyen polímeros o resinas que facilitan la eliminación de los grafitis. Estos se retiran mediante disolventes suaves o agua a presión sin que se tenga que volver a aplicar el tratamiento tras la limpieza.

¿A quién recurrir para prevenir grafitis al rehabilitar una fachada?

 

Para implementar los mejores tratamientos antigrafitis, es preciso contar con un grupo de profesionales experimentados. En Anre 2012 prestamos un servicio completo de rehabilitación de fachadas. Empleamos materiales de primera calidad y soluciones para devolver el esplendor perdido al edificio, pero sin sacrificar la comodidad del cliente.

 

Como vemos, gracias a las reformas de fachadas es posible suprimir ese grafiti que afea la estética del edificio. Como especialistas en la materia, en Anre 2012 atesoramos la experiencia y la cualificación necesarias para recomendar el idóneo en cada caso. Animamos a los interesados a contactarnos o a visitar nuestra web para ampliar información. 

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